Es una de las peores cosas que te puede pasar mientras conduces, pero es más que probable que hayas oído el caso de algún conocido al que le ha pasado eso de “quedarse sin frenos”, quizás bajando un puerto de montaña. Hoy, precisamente, os vamos a hablar del fading, que puede ser uno de sus principales causantes.
Digamos que el fading supone una pérdida de eficacia del sistema de frenos debido a uso intensivo del mismo, algo que una forma de conducción inadecuada, o un exceso de carga, pueden agravar. O, como no, un inadecuado mantenimiento de los frenos de tu coche. Piensa que el líquido de frenos tiene que estar en buenas condiciones para ofrecer una respuesta adecuada, y que las llantas deben de garantizar una adecuada ventilación del sistema.
Precisamente, este aspecto es importante, pues una elevada temperatura del sistema, por encima incluso de los 600 grados centígrados juega tremendamente en contra de la eficacia de los frenos.
Causas de la pérdida de eficacia de los frenos
Uno de los motivos más habituales es, en línea con lo anterior, que líquido de frenos supere la temperatura para la que está preparado para funcionar correctamente. A partir de los 600 grados, precaución. Cuando la temperatura sube demasiado, el líquido de frenos puede hervir, produciéndose burbujas de modo que éste hierve, formándose burbujas y haciendo que la capacidad de frenado quede anulada. Pero, además, una temperatura excesiva provoca pérdidas de eficacia en el ferodo de las pastillas de freno en su contacto contra el disco.
Para evitar que la temperatura suba, usa el freno motor del vehículo: reduce velocidades con la caja de cambios para evitar pisar el pedal de freno de más. El motor, te ayudará a reducir la velocidad para que los frenos se mantengan en buen estado cuando los necesites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario